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Mostrando entradas con la etiqueta Lanus. Mostrar todas las entradas
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HURACAN 3 LANUS 0

"QUE DE LA MANO, DE ANGEL CAPPA..."
Huracán recuperó su juego histórico para bailar a Lanús, líder del torneo. Fantasía para atacar, inteligencia para defender. Ilusionate.
Cappa hizo el milagro. Huracán conjuga otra vez los verbos más deseados: ganar, gustar y golear. Huracán está otra vez en el candelero, poniendo arriba de la mesa su historia, las paredes, los tacos, los lujos, los goles. El parteneire, el invitado al teatro Ducó, no fue cualquiera: el Globo bailó a Lanús, al puntero del Clausura, al mejor equipo de los últimos dos años. Entonces, el canto de los 24.000 quemeros surge tímido, pero se impone: "Que de la mano, de Angel Cappa, toda la vuelta vamos a dar". El hit fluye y al cantarla la gente se mira, sonríe en forma casi irónica porque ni el más fanático de los hinchas soñaba con un título cuando empezó el torneo. Nadie daba dos pesos por este equipo y cuando los dirigentes le dijeron de arreglar un premio por salvarse del descenso, el técnico respondió en la intimidad: "Hablemos de uno, pero para estar entre los tres primeros". Lo miraron como quien observa un loco en el Borda...

¿Qué tiene Huracán? El estilo de Angel: salida clara desde abajo por los laterales, Bolatti maneja la batuta, el Maestrico acelera, De Federico y Pastore frotan la lámpara y, a veces, se convierten en Aladino. El Globo disputó su mejor partido en el torneo, aunque siempre jugó de la misma manera: cuando perdió con Boca y Gimnasia, cuando empató con Newell's (con uno menos, y en Rosario, lo fue a ganar) y en las cuatro victorias. El nivel del rival hace nacer el sueño de pelear mucho más que por zafar del descenso porque en La Quema pudo darse una goleada histórica. El local lo pasó por encima de principio a fin. Es verdad que al Grana le faltaron los creativos (Valeri y Blanco) tanto como que Cappa tuvo que inventar un dos (Esmerado -volante- por la lesión de Goltz) y un tres (Cura -zaguero- por el suspendido Arano). La superioridad no se dio sólo en el toque, sino que Huracán es un conjunto solidario donde todos hacen chiches pero también los talentosos deben pasar la línea de la pelota, y ayudar a recuperar el bien más preciado: la redonda. Una mirada panorámica muestra que cuando el rival ataca, el Globo se defiende como cuatro defensores y una línea de cinco volantes. No es un equipo ingenuo que se queda en el jogo bonito, ahora le sumó golpes de nocaut. Así, fue tirando a Lanús (no tuvo juego en los carrileros y le faltó resto físico para correr detrás del toqueteo del rival): primero con el cabezazo de Esmerado, luego con el monopolio de la pelota, después con el zapatazo de Pastore y le puso el sello al partido la jugada messiana de De Federico. Y eso que, por ahora, sólo concreta un 30 por ciento de lo que genera...

LOS PARTIDO DE HOY

TIGRE Vs. BOCA
RIVER Vs. SAN MARTIN(T)
HURACAN Vs. LANUS
COLON Vs. SAN LORENZO
ESTUDIANTES Vs. RACING

LANUS 2 COLON 1

GRANA Y ZUBE
Lanús se dio el lujo de guardar para la Copa y ganar igual, cuatro de cinco, 2-1 a Colón con golazos. Cuatro puntos sobre Vélez y a la gente, confiada con otra vuelta: "Que de la mano, de Zubeldía...".
La fiesta es tal que parece excesiva, ¿pero lo es? ¿Es exagerado lo de esta gente, la de Lanús, que celebra así el 2-1, la punta, los cuatro puntos de diferencia por sobre Vélez? Es verdad, sí, que ve que hay sol a pesar de que está lloviendo. No brilla todo, no, y sin embargo hay un grito pasional, sentido, confiado: "Que de la mano, de Zubeldía, todos la vuelta vamos a dar...".
En la fecha 6.
Pero ahí está Lanús, otra vez arriba de todo, de todos, después de mojarse los zapatos para saltear el charco, de enlodarse para ganarle a Colón. No la pasó bien, no deleitó, pero se floreó dos veces y dejó a todos con la boca abierta, con la sensación de que la flojera de la Copa es solamente eso, ya va a pasar.
"Tuvimos la suerte de convertir dos goles en un minuto y eso simplificó todo", resume Chiquito Bossio, aún exhausto por los revolcones de los últimos minutos, también por su mala salida que permitió el 1-2 ajustado. Y tiene razón el arquero. Lanús ganó, y ganó bien, pero sin mostrar todo lo que puede, todo lo que sabe. Se arremangó para pelearle el partido a un Colón que salió a apretarlo, a pelearle la pelota en su propio campo. Y se quedó en eso, en la batalla, en el poco riesgo, lo mismo que había sufrido entresemana en Chile. Se encerró en sus temores.
Fue tan pobre todo, tan carente de ideas de los dos lados, que la primera llegada en serio del local en el primer tiempo fue a los 39 minutos, por un remate de Valeri que tras un roce terminó en el córner. Lo de Colón, en la primera parte y durante todo el partido, fue únicamente eso: probar de media distancia, sacar provecho de la cancha rápida por los chaparrones. Excepto en el gol (llegó de un córner, la mala salida de Bossio y un cabezazo de Rivarola), no pisó el área con peligro. Nunca.
Y Lanús esperó. Esperó. Esperó. Y se lució dos veces, en una ráfaga de fútbol, en un tiqui-tiqui que tuvo a Lagos como protagonista, como asistente en los goles de Valeri -preciosa pared entre ambos- y en el de Menéndez, que aprovechó un error de Rivarola en el arranque de la jugada. Fue eso. Y eso fue suficiente. El esfuerzo del rubio delantero, más importante por las ganas que por la resolución de sus ideas; la movilidad de Diego González, ubicuo, criterioso y sencillo para entregar la pelota; la sociedad entre Valeri y Lagos por la izquierda, punzante, temible en esos (pocos) estallidos.
Estallidos que generaron goce, pasión, una tremenda confianza de cara a lo que sigue. Y que dejan a Lanús en la punta, con méritos, habiendo guardado jugadores, pero con lagunas que deberán corregirse a tiempo para evitar seguir creyendo que el verano no termina en unos días, que la lluvia no existe y que Sand y Menéndez son mellizos. En todo sentido.



LANUS 2 NEWELL`S 1

PASTA DE PUNTERO
Lanús puso el pecho y derrotó con autoridad a Newell's, en lo que fue su tercera victoria seguida de un Clausura que lo tiene primero y cada vez más candidato.
Curiosa situación se le presenta a los puntillosos que vislumbraron en Lanús una llamativa falta de aplomo copero, que lo llevó a tropezar estruendosamente en Venezuela. Curiosa situación, en definitiva, porque después rubricó con dos victorias al hilo su condición de puntero del campeonato local. Y por si alguno amaga con disminuir el valor de haberse llevado tres puntos de Jujuy la semana pasada, dada la debilidad aparente de Gimnasia, este triunfo ante Newell's le devuelva su pico más alto, como el que tuvo tras vencer a Boca en la segunda fecha del Clausura. Y con el debido respeto que merece Caracas, el equipo conducido por Sensini es superior y Lanús, a este conjunto rosarino, le ganó con fútbol y personalidad. Capaz de revertir un partido que arrancó adverso por el tempranero gol leproso y por la lesión de un jugador clave como Salvio. Pero el Granate se impuso, le cambió el rumbo al resultado y al desarrollo, que lo tuvo como dominador -pudo haberlo goleado de contra- y cuando le tocó aguantar, se plantó como un puntero que no le sacó la cara a la que se le podía venir.
Igual, tampoco tuvo del otro lado algo arrollador. Newell's, si bien es de planteo agresivo y abierto, con ciertas similitudes con Lanús, no tuvo la profundidad necesaria para vulnerar a Bossio, inquietado por remates desde afuera y algún que otro borbollón en el área, como ése que casi termina en gol de Schiavi. Hablando del Flaco, en una muestra acabada de la manera en que el conjunto de Sensini terminó jugando el partido, los últimos minutos lo encontraron como "centroatacante", según el manual bielsístico de Boquita. Y en el único centro que más o menos le cayó cerca como para ir a buscar de cabeza, Lunati le cobró infracción sobre Bossio.
Esas fueron acciones postreras, en tiempo de descuento, cuando sólo faltaba el pitazo final para que la estadística tome nota: Lanús ganó tres partidos consecutivos en el torneo, se sacó de encima a un rival que si le ganaba lo pasaba, defendió la punta y se la aseguró, al menos por una semana. ¿Qué pasará si paralelamente avanza en la Copa? ¿Podrá sostener ambos torneos? La sensación es que si hoy Lanús se la juega por el Clausura, es firme candidato a ganarlo.




GIMNASIA(J) 0 LANUS 2

ES EL PUNTERO DEL MILLAJE
Con rotación, debutantes, viajes pero una misma idea futbolística, Lanús venció a Gimnasia (J) y es líder.
El domingo pasado se fueron de la Bombonera tocando pito por el triunfo. Al día siguiente practicaron en el estadio de Arias y Guidi. El martes viajaron a Venezuela, el miércoles perdieron 3-1 ante Caracas, el viernes a la mañana volvieron a Buenos Aires y Zubeldía les dio a sus muchachos la tarde libre, el sábado se fueron para Jujuy y ayer no sólo vencieron a Gimnasia (J) sino que se quedaron con el liderazgo del Clausura, junto con el Arse y el Lobo de La Plata. Lanús sorprende a propios y extraños. ¿O ya no? Con rotación, viajes consecutivos, pocas horas de entrenamiento y manteniendo la misma línea futbolística, más allá de los nombres y de los sistemas, el Grana es cosa seria.
Es cierto que el déficit del equipo de Labruna es la poca eficacia arriba. Ayer dio muestras sobradas de eso. Pero también es cierto que Marchesín tuvo un debut de lujo en el arco de Chiquito Bossio y les ahogó las ganas a los jujeños. Y es gran mérito del equipo de Zubeldía el saber cómo hacer para regular fuerzas. La derrota ante Caracas por la Copa ni se notó en La Tacita de Plata. Lo dejó al Lobo que hiciera el trabajo fuerte, que se desgastara yendo a buscar, lo esperó y cuando pudo lo embocó de contra: primero Biglieri (gran jugada de Blanco y mal rebote del arquero), después Salvio (jugadón de Ledesma). Ojo, esto no implica que no haya priorizado el juego.
Con debutantes como Marchesín y Lugo, sin Bossio, Fritzler ni Velázquez por descanso obligado, rotando a Salvio, Blanco, Biglieri y Valeri según el match y aun con Pepe Sand con la pólvora mojada, Lanús es el mismo en todos lados. Con 11.721 kilómetros en cinco días es el puntero del millaje.

LANUS 1 BOCA 0

NO ENGRANA
Boca se quedó sin verano, fútbol y resultados. Ahora perdió ante un combativo Lanús y no logra arrancar.
Acá no hay verano, está claro... No, por lo menos, para este Boca que había sido la sensación en un enero que ya parece de otra estación. Ayer, encima, en Lanús hubo lluvia, fresco, cancha pesada, barro, pierna fuerte, fricción y un rival incómodo, incomodísimo, que no sólo lo puso en clima difícil con el gol tempranero de Salvio. Este equipo de Zubeldía juega bien y es capaz de mezclar los dulces: jugar bien y lindo. Pero esta vez no le quedó nada grande el traje de combate. Metió Lanús, peleó, se defendió, la aguantó y dejó al campeón recalculando, sin sol y con poca playa de margen, en un torneo que ya lo tiene con dos derrotas. Y seguidas.
¿Qué le pasa al campeón que no engrana? A no confundir: no es este Boca un equipo sin actitud, desganado, relajado por el título. De hecho, si algo ayer lo puso a tiro del empate aun en momentos de poca lucidez, fue su amor propio, su entrega, su empuje. Pero sí es un equipo al que le falta volumen de juego. Ayer no tuvo a Riquelme, pero tampoco a Gracián, su reemplazante. Desconectado el Tano, no fue receptor ni conductor. Palacio y Noir, los ligeritos que eligió Ischia, tuvieron la cancha al revés: debían jugar de espaldas más que de frente y así los comió la marca. Para colmo, desacostumbrado a jugar sin nueve, Boca se quedó sin peso en el área. Conclusión: rápido para tocar como para salir de contra, su rival sintió, pudo y quizás debió aumentar la diferencia.
Pero como dijo Madelón, Lanús te mata o lo matás. No mató el local y Boca se vio vivo y con balas en el cargador: Gaitán entró mejor que Gracián, Palermo es Palermo (el sábado será titular ante Huracán), Vargas aportó claridad y llegada, Battaglia marcó territorio y el Pelado cambió de plan: de los dos ligeritos por afuera, a los dos goleadores por adentro con Viatri y Martín. Con un atenuante: como Rodrigo pidió el cambio, Ischia tuvo que mantener a los cinco defensores. Así, con Ibarra de un lado y Krupo del otro, apostó a llenar de cocazos a su rival. Y el Tucu llegó de wing no sólo para el centro sino también para el remate franco al arco. Pero falló en la resolución de la jugada y, por consecuencia directa, el plan B tampoco dio resultado.
Con pibes de primera vez como titular (Menéndez), sin su formación entera, sin su goleador de gatillo fácil (Sand), Lanús la bancó con Bossio de figura y engrana otra vez. Boca, no. Está claro...


GIMNASIA LP 3 LANUS 2

LE SOBRÓ GIMNASIA
El Lobo fue pura actitud para frenar a Lanús y le ganó corriendo. Lo ayudó la suerte, los fallos arbitrales y el calor que derritió a un rival que jugó la Copa.
Una bomba anímica. Eso es lo primero que logró Gimnasia con el triunfo. Que encima, como en las apuestas del hipódromo, valía más al ser combinada con otros resultados: caídas de Central y Racing. Lástima que no fue completo y volvió al descenso directo por culpa del inesperado triunfo de Godoy Cruz. Al Lobo le sobró sudor y le faltó brillo, es cierto. Si hasta algunos de sus jugadores reconocieron que algo de suerte hubo. Pero lo que el hincha tripero puede dar por seguro es que después de la flojera de la primera fecha en Rosario, sus jugadores apretaron los dientes durante los 90 minutos.
Vaya si le costó encontrar el partido a Gimnasia. No habían pasado dos minutos cuando Pepe Sand mandó a guardar la jugada inicial de Lanús ante la primera falla de unas cuantas que tuvo el fondo tripero. Sin embargo, con garra se fue para adelante y enseguida empató en una jugada especial: Rinaudo encontró un rebote fuera del área y pateó bajo. Bossio, algo tapado, pensó que la bola iba afuera, pero no contaba con un ligero desvío de Sosa (en offside) que cambió la trayectoria. Así y todo, con el 1-1 sobrevino el peor momento para el equipo de Madelón. Enchufados, Ramírez y Blanco eran el arma preferida del Granate para atacar con la fórmula de volcar el juego por un costado y meter un golpe de timón. Sand no pudo con el segundo y a Cano le pararon el ataque cuando estaba listo para convertir en un offside inexistente. El equipo de Zubeldía sacaba su chapa y se mostraba más práctico y veloz.
En cambio, el Lobo tenía problemas para llevar la pelota. Impreciso Piatti, desdoblado y desbordado Romero, intermitente Messera, sólo quedaba el conmovedor esfuerzo de Sosa para tratar de aguantar en inferioridad numérica. Para llegar, necesitaba un error o un gran acierto. Y las dos cosas se combinaron a los 28, cuando Nico Ramírez no pudo parar una pelota en la mitad de la cancha y Chirola Romero se escapó por primera vez. La ejecución perfecta se clavó contra el palo y el Lobo estaba arriba en el resultado. En Lanús se miraban incrédulos, les tocaba el turno de remar. Encontraron otra falla defensiva y Viera puso el 2-2. El final del frenético primer tiempo le dio una buena noticia a Madelón. El chubasco mayor había pasado y sus muchachos estaban en el partido.
La tórrida tarde ayudó a derretir a Lanús. Si bien Zubeldía apeló a la rotación de algunos futbolistas, el desgaste hecho para remontar a Chivas (de tarde) jugó un papel de valor. Pero no fue lo único. Gimnasia se acomodó algo mejor atrás, donde no sobraron sutilezas para rechazar, pero se corrigieron algunas goteras. La entrada de Cuevas le dio frescura. El petiso se paró a la espalda de Ramírez y Ledesma ya no tuvo callejón para viajar. Madelón dibujó un 4-4-2 más definido y a la visita se le cortó el chorro. Entonces el partido fue parejo y bastante más aburrido que en la etapa inicial. Pero a esta altura de la temporada, el Lobo no está para el ballet sino para los negocios. Y en una pelota parada el anticipo de Maldonado le dio un triunfo que en junio puede valer oro.


LANUS 3 RACING 1

CANDIDATOS
Lanús desplegó fútbol como para pelear arriba; mientras Racing, que arrancó mejor, se fue hundiendo y va a sufrir.
 
Racing necesitó apenas siete minutos de los mil ochocientos y pico que jugará en este campeonato para darse cuenta de que otro año más tocará sufrimiento. Porque hasta ese fatídico minuto siete era mejor que Lanús; no sólo era mejor, le ganaba con un golazo de Lugüercio, la mayoría de las pelotas pasaba por Yacob, quien distribuía con criterio, Falcón enganchaba desde la derecha, los laterales subían... En fin, Racing controlaba el partido. Y hasta se podría haber puesto 2 a 0 por una llegada al vacío de Falcón. Pero... Cuando se nace para sufrir, no hay nada que hacer: se sufre. Y hoy, y desde hace rato, Racing es un sufrimiento.
No se trata de quitarle méritos a Lanús y echarle la culpa a la suerte. Pero al empate Lanús llegó sin buscarlo. Primero colaboró Campagnuolo con dos despejes de manos de papel, la pelota terminó en el córner y Falcón cometió un penal al que mejor no ponerle calificativos. Así empató Lanús, así empezó a morirse Racing. Porque la confianza cambió de lado. Los chicos de Lanús se pusieron a jugar como saben, de a ratitos, sin necesidad de explayarse demasiado, como regulando, total les era suficiente. Yacob ya no era el dueño de la brújula y las esperanzas de Racing sólo pasaban por la inspirada noche de Lugüercio, que siguió peleando, insistiendo y complicando hasta con el partido definido.
Tanto le costaba a Racing generar peligro como poco a Lanús. No lo hacían mal los de Llop, la intención de hilvanar las jugadas, de desprender a los laterales y de formar sociedades estuvo a la vista, pero faltó cambio de ritmo, otra marcha. Lanús, en cambio, no necesitaba más que la inspiración individual, el saber de todos a qué juegan los demás (qué sencillo es escribirlo y qué complicado lograrlo) y en la generosidad para asistir al compañero mejor ubicado. Como lo hizo Lagos con Sand (la única que falló), como lo hizo el propio Sand con Blanco para el segundo gol. Como lo hacen todos. Y por eso Lanús confirmó que volverá a ser candidato. También lo confirmó Racing, bien pronto. Sus hinchas ya escucharon, en el partido inaugural, la burla de los rivales, que lo mandaron a la B o le auguraron la Promoción. Y no será cuestión de que los refuerzos le cambien la cara, será cuestión de que se la crea, que no arruine las buenas intenciones.