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Mostrando entradas con la etiqueta Fecha Nº 3. Mostrar todas las entradas
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ESTUDIANTES 2 SAN LORENZO 1

TE PINCHA EL GLOBO
San Lorenzo sufrió su miniclásico: un gol de Cellay y un buen partido de Sánchez Prette, dos ex Huracán, lo voltearon y le dieron el primer triunfo a Estudiantes.
Ole, lé; ola, lá, Cellay es de Pompeya y es hincha de Huracán..." No fue un derby Parque Patricios-Boedo. Fue en La Plata, fue Estudiantes el protagonista del triunfo, el primero en lo que va del torneo, un estímulo para una campaña que se venía desdibujando (incluyendo la Libertadores). Sin embargo, para algunos sí fue un clasiquito personal; y ese centro perfecto de Sánchez Prette y cabezazo impecable, goleador, de Christian Cellay, hizo revivir viejos duelos entre Quemeros y Cuervos. Que esta vez, como detalle, tuvo a miles de pinchas en primera fila, disfrutando la alegría. Que se sostuvo hasta el final y que se descargó fuerte en el último pitazo porque, también, hubo antes un espacio para la tensión, provocada por otro hombre del Globo: Andújar, quien con un regalito le dio vida al Ciclón cuando el partido ya estaba casi fumado y apenas quedaba la colilla.
Un premio consuelo para San Lorenzo, aunque no hay quién lo consuele en realidad. El equipo volvió a mostrar la misma incapacidad creativa que viene dejando ver en los últimos juegos, algo que se potenció desde el momento en que salió lesionado Pablo Barrientos. Afectado anímica y futbolísticamente, esta baja profundizó los problemas y dejó como conclusión un partido en el que, exceptuando dos remates desde afuera del área del Pitu, San Lorenzo no arrimó ninguna jugada complicada para Andújar salvo las dos que el propio arquero se encargó de complicar (una terminó en gol). Pero antes y después, hubo grandes debilidades defensivas y muy pocos méritos ofensivos. Quizá en la contracción al trabajo, en la aplicación y en la disciplina táctica que tuvo Estudiantes pueda encontrarse el porqué de este triunfo, o, al menos, la principal diferencia entre ambos equipos, igual de cansados por los partidos coperos de entre semana jugados en el exterior e igual de necesitados por poner blanco sobre negro en sus cuestionados rendimientos.
El partido en sí contó con la particularidad de tener un desarrollo opaco hasta que sufrió un repentino sobresalto, el que le dio Sánchez Prette. Desde sus pies Estudiantes encontró la llave y abrió la puerta, con su verticalidad generó infracciones y grietas en una endeble defensa de San Lorenzo. Y permitió que su equipo se relajara y le pasara la presión al rival, que ni con las variantes que intentó Russo en el entretiempo -Ledesma y Silvera por Solari y Chávez- se equilibró. Al contrario, fue más de lo mismo. Estudiantes, aplicado y, en ventaja, suelto; San Lorenzo seco de ideas y desmoralizado. Ni con el regalito de Andújar levantó: ya bastante tenía con el gol de Cellay y el partido de Sánchez Prette...


RIVER 2 BANFIELD 0

DE PUNTA PARA RIVER
¡¿Qué último?! Con un tiro libre polémico de Abelairas y una asistencia de caño de Fabbiani para Falcao, el equipo de Gorosito está primero. Pero otra vez jugó flojo y la figura fue Ojeda.
El Cholo Simeone dijo que el equipo iba a aparecer en la quinta fecha. Se supone que se refería al torneo pasado. O quizá lo suyo fue una profecía de lo que sería este modelo 2009 que juega como puede. Y puede, como se ve, ganar sin el afán de respetar los preceptos que históricamente reclama la San Martín. ¿Cómo? De punta para arriba. Para River.
Para un River que transmuta por la bipolaridad, lo de ahora es euforia. El ganar genera el efecto de esas píldoras (¿azules?) que levantan los ánimos de la dama y el caballero. Van dos al hilo, la misma cantidad que en todo el Apertura. El qué, entonces, se festeja con los ojos tapados mientras se espera la resurrección del cómo.
No tener la pelota es, acaso, el mayor de los pecados que puede cometer un equipo que se predispone a ser protagonista. Y River jugó ayer varios partidos posibles, pero en ninguno de ellos hizo bandera de la posesión. Esta incomodidad fue por carencias propias -falta de movilidad y ciertas posiciones desfavorables como la de Buonanotte, partiendo casi como gemelo de Ahumada- así como por los aciertos de un digno rival que lo obligó a saltar la presión con el pelotazo y a dividir en la zona en que Gorosito promulga el pase seguro. El toco y paso, en cambio, lo vio de a ratos en la combinación de empeines de Erviti y Bertolo, una pesadilla para Ferrari-Augusto.
Pero buscar la identidad ganando es más fácil. Fácil para pensar el próximo partido, fácil para ver el video de ayer y fácil para no sufrir en la repetición de la tapada de Ojeda -al ex Boca- que podría haber cambiado el sentido de la tarde. Porque River no fue ancho ni profundo. No desequilibró como consecuencia del juego asociado sino que, a ciencia cierta, lo hizo a partir de la causa que abrió Pompei con su dudoso gesto. Bueno, tal vez se defendió bien. Tampoco. En el primer tiempo, Banfield le encontró más agujeros que un queso gruyere a las espaldas de Augusto y Ferrari. En el segundo, le perdonó la existencia con las bonificaciones en las pelotas paradas. Más: el Tano Nasuti no jugó, y se olvidó las piernas del Diego del 94 en la publicidad. Gerlo se las quiso poner dos veces al salir jugando y sumó más (in)seguridades. ¿Entonces? Pues River resultó 100% efectivo, lo que no es poco. Y se acomodó, sin excesos de pudor, a buscar el contrapie del rival. Tambien exploró la punta izquierda que no había visitado en los primeros partidos. Recuperó otras esencias como la pegada de Abelairas y el despliegue de Ahumada que, con todos los títulos atroces que se le quieran meter, sigue siendo fundamental en el andamiaje del equilibrio. Y la entrega incansable de Falcao. Y van 466 palabras y aún no se nombró a... Fabbiani. Es cierto. ¿Cuánto tendrá que ver en esta historia? En la semana es Sportivo Verborragia. Los domingos juega para Club Atlético voy-a-entrar-e-inventar-algo. Es el que le prestó a River este nuevo momento de optimismo. De punta para arriba. Pero en la punta, al fin.


LANUS 1 BOCA 0

NO ENGRANA
Boca se quedó sin verano, fútbol y resultados. Ahora perdió ante un combativo Lanús y no logra arrancar.
Acá no hay verano, está claro... No, por lo menos, para este Boca que había sido la sensación en un enero que ya parece de otra estación. Ayer, encima, en Lanús hubo lluvia, fresco, cancha pesada, barro, pierna fuerte, fricción y un rival incómodo, incomodísimo, que no sólo lo puso en clima difícil con el gol tempranero de Salvio. Este equipo de Zubeldía juega bien y es capaz de mezclar los dulces: jugar bien y lindo. Pero esta vez no le quedó nada grande el traje de combate. Metió Lanús, peleó, se defendió, la aguantó y dejó al campeón recalculando, sin sol y con poca playa de margen, en un torneo que ya lo tiene con dos derrotas. Y seguidas.
¿Qué le pasa al campeón que no engrana? A no confundir: no es este Boca un equipo sin actitud, desganado, relajado por el título. De hecho, si algo ayer lo puso a tiro del empate aun en momentos de poca lucidez, fue su amor propio, su entrega, su empuje. Pero sí es un equipo al que le falta volumen de juego. Ayer no tuvo a Riquelme, pero tampoco a Gracián, su reemplazante. Desconectado el Tano, no fue receptor ni conductor. Palacio y Noir, los ligeritos que eligió Ischia, tuvieron la cancha al revés: debían jugar de espaldas más que de frente y así los comió la marca. Para colmo, desacostumbrado a jugar sin nueve, Boca se quedó sin peso en el área. Conclusión: rápido para tocar como para salir de contra, su rival sintió, pudo y quizás debió aumentar la diferencia.
Pero como dijo Madelón, Lanús te mata o lo matás. No mató el local y Boca se vio vivo y con balas en el cargador: Gaitán entró mejor que Gracián, Palermo es Palermo (el sábado será titular ante Huracán), Vargas aportó claridad y llegada, Battaglia marcó territorio y el Pelado cambió de plan: de los dos ligeritos por afuera, a los dos goleadores por adentro con Viatri y Martín. Con un atenuante: como Rodrigo pidió el cambio, Ischia tuvo que mantener a los cinco defensores. Así, con Ibarra de un lado y Krupo del otro, apostó a llenar de cocazos a su rival. Y el Tucu llegó de wing no sólo para el centro sino también para el remate franco al arco. Pero falló en la resolución de la jugada y, por consecuencia directa, el plan B tampoco dio resultado.
Con pibes de primera vez como titular (Menéndez), sin su formación entera, sin su goleador de gatillo fácil (Sand), Lanús la bancó con Bossio de figura y engrana otra vez. Boca, no. Está claro...


ARGENTINOS 2 SAN MARTIN(T) 2

NO VIO EL VIDEO...
Al equipo de Vivas, meticuloso como su maestro Bielsa, le volvieron a empatar de pelota parada a los 49' por otra falta ingenua de Mercier. Al Bicho le falta juego.
Un técnico que leyó mal el partido. Un chico con apenas 53 minutos en Primera que se asustó en el momento menos indicado. Un jugador con mil y un batallas en el lomo que volvió a pecar de ingenuo (utilizamos este término para no ser groseros nomás). Una defensa que perdió la segunda jugada y permitió que el delantero rival, en el minuto 49, tenga tiempo hasta de frenar la pelota. Un arquero que no te salva nunca. Por todo esto, y varias cosas más, a Argentinos le empataron el partido en el último instante.
Meticuloso y detallista como su maestro Bielsa, esta vez Claudio Vivas no vio el video del encuentro con Vélez. Y tampoco Mercier. Otra falta innecesaria cerca de la línea de cal del jugador fetiche de Gorosito, y otra vez al Bicho le igualaron de pelota parada. Le falta suerte, sí, pero también argumentos futbolísticos para no sufrir.
La propuesta de Vivas de jugar con la pelota al piso es interesante, pero el equipo todavía no rinde ni la mitad de lo que acostumbró en el semestre pasado (es la misma formación, salvo Escudero). Así, con un Mercier desconocido y un Ortigoza infantil (le pagó viejas cuentas a Pérez Castro) a Argentinos se le complicó. Salvo los intentos de Peñalba (las pidió todas) y un par de arrestos individuales de Hauche (clave en el primer gol), el Bicho nunca entendió cómo vulnerar a San Martín, un equipo que pelea por evitar el descenso pero que se resiste a los pelotazos sin sentido. Una línea de tres que por momentos se transforma en cinco, el correctísimo manejo de Pérez Castro y las ganas del resto, le alcanzaron.
Decíamos que Vivas leyó mal el partido. El ingreso de Prósperi (jugó bien) a los 39' ST por Hauche fue la pauta de que había que aguantar. Pero sus muchachos lo interpretaron mal. Cedieron la bola (sólo Peñalba entendió aquello de 'defenderse con la pelota'), se replegaron atrás y dejaron que los tucumanos se agrandaran. Así, tras un córner, a Ciro Rius (otra apuesta del DT) le tembló el pie, le dejó la pelota en mitad de cancha a Gutiérrez cuando el arco estaba vacío y tenía todo el campo a su disposición, y luego, sí, llegó la inoportuna falta de Mercier. Otra vez igual. Un déjà-vu. A repasar los videos muchachos...


TIGRE 1 VELEZ 2

POR ALGO ES BATI
Joaquín Larrivey tuvo el mejor debut posible: hizo el gol del triunfo de Vélez y fue la figura de la cancha.
Alguna vez Joaquín Larrivey confesó su admiración por Hernán Crespo. Curioso tratándose de un jugador apodado Bati, y no precisamente por usar capota y volar tipo Batman. Siempre sintió, de todos modos, que cualquiera de las dos comparaciones le quedaban grandes. No se cree (todavía) el delantero "de equipo" y con gol que es Crespo ni ese goleador brutal que fue Gabriel Batistuta. Sin embargo, Vélez lo esperaba con expectativas mayores. A nadie le importaba demasiado si era más parecido a uno u otro, o si representaba un mix. Lo interesante pasaba por la necesidad de saciar la falta de gol que venía mostrando el equipo. Y Larrivey, quien está en Vélez desde hace una semana, quien fue designado titular por Gareca en la práctica de fútbol del miércoles y respondió metiendo un gol, anoche empezó a hacer sentir satisfechos a los dirigentes que pusieron 450.000 dólares por el préstamo hasta el final del torneo, sin opción ni nada para quedarse después de mitad de año. El Bati, que ya se perdió dos fechas, vino para jugar sólo 17 partidos. Y la forma de amortizar la inversión es con goles. Por lo que parece Vélez se encamina hacia un buen negocio...
Ojo, no sólo por su gol, el 2-1, bien de goleador, metiendo en el arco -casi cayéndose- una pelota que
quedó muerta en el área después de dar impensadamente en Castaño; sino también por el despliegue que el ex delantero de Huracán mostró a lo largo de todo el partido. Movilidad, participación y oportunismo. Un mix, en definitiva, de Crespo y Batistuta, que Vélez pudo disfrutar para seguir invicto en el torneo y, especialmente, para salir de un arranque dudoso por dos empates seguidos.
La llegada de Larrivey ayuda, claro está, pero tampoco es la solución a los problemas estructurales que muestra Vélez, que jugó mejor que Tigre, sí, aunque no por eso fue súper profundo y peligroso. Fue agresivo en su actitud y en su postura ante el partido, dispuesto a llevarse por delante a su rival, listo para acorralarlo en su campo. Aunque no encontró la claridad necesaria para vulnerar con más facilidad a Tigre, una sombra del equipo que hace un par de meses jugó el triangular definitorio con San Lorenzo y Boca. Ocampo se paró como enganche (Moralez no jugó por estar suspendido), suelto para decidir dónde trasladarse, pero su imprecisión llevó en varias ocasiones a Vélez a depender de los centros de Cabrera. Mostraba sus uñas aunque éstas no arañaban como para lastimar.
Pero le alcanzó. No le sobró como para descorchar y tirarse a un costado a emborracharse tranquilo, pero le alcanzó. Con Larrivey, sus ganas, su polenta y su oportunismo, tuvo para festejar por primera vez en el Clausura.


GODOY CRUZ 1 ARSENAL 0

ES UN SACAPUNTA
Arsenal llegó líder a Mendoza, pero se encontró con un Tomba que sabe bien a lo que juega: le ganó bien, lo bajó y se prendió en la cima al menos por una fecha...
 Habrá que empezar a pensar, entonces, que es cosa seria. Que el triunfazo ante San Lorenzo en el Gasómetro no se trató de uno en un millón. Este Godoy Cruz de Diego Cocca hizo méritos para estar donde está. ¿Dónde? En la punta. Porque Godoy Cruz, desde anoche, es uno de los punteros del torneo.
A todas luces, el Tomba parece saber a lo que juega. O lo que quiere hacer. Se nota la intención: juego por abajo, siempre un hombre libre cerca de la pelota para tenerlo como descarga, para llegar al toque hasta tres cuartos de cancha y después apostar por dos delanteros con movilidad y buen pie. También gana, como ayer, con un Olmedo que corre, quita y entrega prolijo, manda, ordena y releva con criterio.
Es cierto, Arsenal ayudó bastante en los primeros 20 minutos. Desordenado, sin firmeza atrás, entregó la pelota y no supo cómo recuperarla. Godoy se aprovechó de eso: tuvo en Encina al volante más peligroso e intratable para el Arse, y a Figueroa on fire para desprenderse de las marcas y probar desde afuera a cada rato. De un tiro libre del ex Chacarita llegó el 1-0 de Caruso.
Lo bueno del equipo mendocino no duró toda la noche. Aun manteniendo la intención, la búsqueda, equivocó los caminos, se apresuró y comenzó a fallar en la entrega. Arsenal se compuso a partir de Carrera y de los centros de Yacuzzi. Por las bandas provocó, pero fue por el medio por donde mejor llegó (remate de Sena que dio en el palo y mala definición de Leguizamón frente al arco).
El descanso le dio aire al Tomba para volver al ruedo. Porque si bien Arsenal estaba obligado a ir por necesidad, Godoy Cruz siguió intentándolo por elección. La sociedad entre Encina y Figueroa le dio un ritmo infernal al juego local. ¿Por qué no ganó más comodamente? Por Campestrini, que sacó todo. ¿Por qué no empató Arsenal? Porque Ibáñez metió un manotazo salvador sobre la hora, ante un remate de Leguizamón. ¿Por qué Godoy Cruz quedó puntero? Porque demostró que lo suyo no es una casualidad. Que tiene una idea clara. Y, por ahora, le va bien: al menos ya mira otra tabla...


COLON 2 CENTRAL 0

LA CUENTA REGRESIVA
Colón le ganó a Central, llegó a la punta y sigue soñando con dejar de ser la eterna promesa de la mano de Fuertes, que metió dos y quedó a siete de los 100 en el club.
Hace cuentas Fuertes para llegar a los 100 goles en el club. Hacen cuentas Mohamed, el Bichi, sus compañeros y los dirigentes al ver que con el 2-0 Central quedó lejos, muy lejos. Y hacen cuentas los hinchas, lógico, porque Colón arrancó el torneo derechito, sin fisuras y amenaza con dejar de ser la eterna promesa para convertirse, al menos por una vez, en protagonista.
Tres jugados, dos triunfos y un empate. Desde lo estadístico, a Colón le dan los números. Y también desde lo anímico. Porque si bien es un equipo que no luce, que no tiene chapa de revelación y que por momentos aburre, es capaz de remontar un 0-2 contra River (y en el Monumental), que atiende a a Gimnasia de Jujuy y que se saca de encima a Central con apenas una ráfaga de fútbol. Porque eso fue lo que tuvo entre los 9 y los 11 del primer tiempo: un derechazo de Castillo, otro de Rivarola y un cabezazo del Bichi para ponerse 1-0 y dejar la responsabilidad de salir en los pies de Central.
Pero este Colón tiene un desafío mayor: sostenerse, seguir así, no marearse por haber llegado a la punta de la tabla. Porque nadie se olvida de que el arranque del último Apertura fue igualito. ¿Y después? Estuvo siete fechas sin ganar...
Contra Central, a no dudarlo, dio un buen paso. Porque ya en ventaja, lo Aguantó con Ferrero, mordió con Prediger, la entretuvo con Oyola, osciló entre el aplauso y el fastidio con el imprevisible Daley Mena y lo liquidó con Fuertes, quien llegó a los 93 goles en el Sabalero. Sí, es cierto, los rosarinos no fueron un derroche de ideas. Porque pese a tener el manejo territorial y hasta con tres situaciones claritas (un mano a mano de Choy, otro zurdazo del uruguayo y un tiro libre de Lima) no pudieron ni hacerle cosquillas al seguro Pozo.
Así, incluso dividiendo la bola, Colón sumó, multiplicó la ilusión de sus hinchas, le restó importancia a lo que vendrá y se fue deseando que el sueño esta vez se haga realidad. Ese es el desafío. Y la cuenta regresiva ya empezó...


INDEPENDIENTE 2 RACING 0

TODO X 2 LUCAS
Metió el gol que abrió el clásico y se peló la piel para evitar uno de Racing. Encontró la luz en la crisis... En Independiente, héroe se dice Pusineri
Lucas Pusineri está invitado a la mesa de los que nacieron para ser héroes. Es el pequeño tenaz que pelea con la honda; es el estandarte que se eleva más alto que un muchacho diez años menor para meter un testazo mortal; es el guerrero al que sólo derrotan con un flechazo en el talón; o es el gladiador que entrega la piel y la sangre en sacrificio para defender su bando pero que nunca se rompe y se mantiene en pie. Herido, pero enhiesto. Mito o realidad, la diferencia se hace imperceptible para el hincha de Independiente, que ve cómo San Lucas los invita a romperse las manos o a descerrajar sus gargantas al grito de "Pusineri, Pusineri...".
Porque a los 32 años, con muchas batallas, es el que muestra el camino de cómo se debe jugar un clásico. Y cómo ganarlo. No se equivocó el propio Pusi cuando hizo un diagnóstico certero de por qué Pepé Santoro lo devolvía a la titularidad justo en el partido en que se ponía en juego la paz de media Avellaneda. "Tal vez se ve en la obligación de ponerme", admitía, con pataleo incluido, el que en ese entonces ya olfateaba que no estaba destinado a pasar inadvertido. "Por suerte el sueño se hizo realidad. Absorbimos los problemas. Esta es una victoria para un equipo que fue bastardeado en las últimas semanas y es gratificante. Pero no soy responsable absoluto en las victorias ni tampoco en las derrotas", celebró, aún con algo de dolor en el pecho porque ponerlo en este Independiente trae consecuencias.
La misión es, claro, seguir por el camino mostrado por Pusineri para que los dolores desaparezcan por completo. El bajó el mensaje desde el juego: siempre hay que saltar más alto que tu rival, como lo hizo con Yacob en el gol propio, o siempre hay que poner un plus de sacrificio, como lo mostró en la feroz barrida que dejó a Lugüercio pateando al aire. "Las dos jugadas fueron épicas. Tal vez más la primera porque terminó en gol. Andá a saber si Lugüercio la metía...", se permitió dudar.
Le siguieron los pasos Montenegro y Tuzzio, otros dos puntos altos en la faena roja, como si ganar este clásico fuera, en buena medida, cosa de grandes. "No lo siento como una revancha pero este partido era un arma de doble filo. Si perdíamos, íbamos a ser los referentes los máximos culpables. Cómo habrá sido la cosa que los más pibes tuvieron que salir golpeados y nosotros seguimos", trazó su análisis sesudo. Y era así. Porque la semana había tenido un inusual trajín, más allá de la crisis en el juego, por la apretada de los barras pidiendo plata porque los agobiaba el lucro cesante que les generaba el mal paso del equipo (raro, porque esos barras estaban en la popular que deliró con la victoria. ¿Habrán festejado el triunfo que los aleja un poco de los pasajes al Mundial?). Y porque también corría riesgo el bronce de Santoro, con sospechas de que el plantel no le respondía. Por eso, en esta rotonda que suele ser el fútbol, el mismo Pusineri que una vez confesó que Pepé, en su último interinato, lo salvó al devolverle el puesto (que había perdido con Troglio) sin preguntarle cómo estaba, fue el que ayer le dio una palmada en el lomo al legendario arquero que encontró algo de sosiego en su inestable tránsito como técnico. Claro que, de aquí en más, se necesita, cuanto menos, repetir con carbónico la entrega de ayer pero agregarle algo más de lucidez, porque Independiente ganó sin ser precisamente una máquina.
Así, Pusineri invita a "mantener la cabeza fría". "Había muchas velas prendidas por todos lados, y surtieron efecto", se descargó, feliz, por un gol que no se animó a comparar con el que le hizo a Boca en el Apertura 2002, el día que lo bautizaron San Lucas. "Aquél nos dio un campeonato", enfría, aunque igual la felicidad se le escapa por la comisura de una boca que no se puede mantener cerrada.
-Lucas: el gol a Boca, el título, un gol a Racing, sos ídolo. ¿Te falta algo?
-Nada.


HURACAN 0 GIMNASIA LP 2

ANGELES CAÍDOS
Gimnasia sorprendió a Huracán con un arranque arrollador: le metió dos goles y pudo haberle hecho alguno más. El Globo fue toque pero sin contundencia.
Los inicios del torneo suelen invitar a la exageración. Cada partido da lugar a (apresuradas) sentencias absolutas. Entonces, salvo que te mandes un arranque soñado, las certezas duran apenas una semana. En eso anda Huracán, un equipo que puede arrollar y meterle a Racing cuatro goles en 17 minutos, o que gana escandalosamente el duelo de la posesión ante Gimnasia para terminar con cero gol en el arco de Sessa y dos en el propio.
Hubo aplausos para todos en Patricios. A los de Madelón, en retribución a tres puntos clave por la lucha de la permanencia y a una entrega formidable. Para los locales, por el respeto a un estilo, el de Cappa, que es fiel al ADN futbolero de la Quema.
El problema para el Globo es que se desnudó demasiado rápido en este Clausura. Y aunque el tiqui tiqui de Pastore, De Federico y el Maestrico siga ilusionando, no se vislumbra un plan B efectivo para vulnerar a una defensa que lejos de tener a un Franco Sosa con veleidades de Cafú, le plantó siempre a cuatro tipos firmes atrás. Y si Sessa merece una gran calificación es porque respondió siempre, pero a no creer que fue el salvador milagroso del Lobo. Huracán, a diferencia de lo seguido que se vio cara a cara con Campagnuolo, nunca le pudo poner un tipo mano a mano al Gato...
Al proyecto de buen equipo al que apunta Angel lo limita la realidad de Huracán club. Porque este team sabe a qué juega, apuesta a la repetición de toques y a la paciencia, ese concepto menottiano de salir para poder entrar. Pero tiene a un Nieto de 9 y cuando alguno de los que salen de arranque no ofrece una prestación inspirada, el recambio disponible no suele brindar soluciones...
Gimnasia también sabe a qué juega. A otra cosa, por cierto. Batalla, meta y meta, laterales que son casi zagueros, un mediocampo de volantes mixtos, la referencia del Pampa y el toque distintivo de Niell. Ayer fue firmeza, velocidad para contragolpear y un estudiado libreto de centros para explotar la debilidad aérea de la zaga quemera. Y aunque el ideal que persigue Madelón sea mucho menos complicado de conseguir que el que anhela Cappa, paradójicamente, el previsible fue el local. Y ahí está el resultado de anoche como prueba.


NEWELL`S 1 GIMNASIA(J) 1

JUGÁ CON BOCA...
Newell's encontró más problemas contra Gimnasia de Jujuy en el Coloso que frente al Xeneize en la Bombonera. No resolvió ante pocos espacios y fue menos eficaz.
Gimnasia de Jujuy le generó a Newell's más dificultades en el Coloso que los de Boca en la Bombonera. Hubo una diferencia que fue la eficacia leprosa entre un partido y otro. También, que los jujeños pudieron vencer la resistencia de Peratta, a diferencia de Riquelme, Viatri, Palermo, Palacio y Cía. Fue a través de Juan Arraya, que desvió un remate, habilitado por el flaco Schiavi. El punta así terminaba una racha que es todo un karma en el equipo norteño. No gana de visitante desde el 20 octubre del 2007 (1-0 a Colón), y desde entonces van ocho empates y 16 derrotas. Santiago Salcedo anuló la chance del Lobo, con un tiro libre que venció la resistencia del tapado Pezzutti.
¿Qué cambió entre un partido y otro? Mientras Boca no supo qué hacer al sentirse dominado, Gimnasia se sentía más cómodo en la apuesta al contraataque. Entonces, Newell's encontró más dificultades para hacerse protagonista, y encima con menos contundencia. Clave.
Un mérito de Labruna fue darse cuenta antes que Sensini que debía cambiar. Del 4-3-1-2 pasó al 4-5-1, siempre con mucho orden. Otro acierto fue haberle dado minutos a Arraya. Aunque al punta también le gritó mal cuando, con el partido 1-0, falló un mano a mano por querer meterla de vaselina. Le erró por varios metros cuando el sentido común indicaba que podía resolver con un derechazo al primer palo. Peratta también le tapó otra clara, aunque el arquero de Newell's necesitó lucirse menos que Pezzutti, sobrio hasta para rechazar con un cabezazo en el piso y afuera del área.
Labruna estuvo cerca de cerrar el partido. Los cinco minutos posteriores al gol de Arraya fueron el punto top del Lobo, pero se sabe que es un equipo que no puede permitirse perdonar una y eso lo pagó.
Una buena apuesta de Sensini fue el punta Armani (fue al banco pese a su gol a Boca), por Bernardi. Aunque no se conectó bien Salcedo con Vangioni y Sperdutti. Y estuvieron apagados Formica y Torres, que ingresó en el segundo tiempo.
A Newell's le reapareció el viejo fantasma por el cual, una vez en la punta, le cuesta consolidarse y ampliar la diferencia. Su dominio chocó contra su falta definición. No hay que resumir el 1-1 en esa realidad porque Busse falló una de ésas que entran en la repetición. No siempre será como ante Boca.