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Mostrando entradas con la etiqueta Arsenal. Mostrar todas las entradas
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BANFIELD 2 ARSENAL 0

LUCCHETTI SOLOS...
Burruchaga tocó el equipo, pero el fútbol no apareció. Sí lo hizo el arquero, que metió los dos penales (uno inexistente y otro polémico) que le dio el árbitro Ruiz.
¿Así que hacía falta una demostración de mano dura? Bueno, acá tiene: Bertolo y Bustamante al banco, el niño Pio que dicen que era su pichón intocable, también afuera. Es cierto, fue apenas una pincelada la que dio el técnico Burruchaga, pero le dio resultado. De esta manera, Banfield pudo sacarse el molesto polvo de una semana de peleas internas, de silencio colectivo del plantel y de malestar general en el club.
Debe ser difícil saber sobrellevar la pesadísima cruz que significa venir de capa caída, de derrotas duras, como las que arrastraban tanto Banfield como Arsenal, de dudas sobre el futuro del técnico, como en el caso del local. Se notó que fue demasiado lastre para intentar jugar un poquito al fútbol. Se prestaron la pelota, la dividieron, ninguno de los dos fue capaz de hilvanar siquiera una humilde y tan preciada pared. De hecho, si el árbitro Javier Ruiz no hubiese inventado un penal absurdo seguramente se habrían ido al descanso sin goles. ¿Por qué? Porque sin Bertolo el Taladro no tuvo una usina de fútbol, por más que al volante le achaquen que "no corre". Erviti, el otro con las características necesarias para ser el eje, fue tan intermitente que casi se apaga del todo... Y el pobre Raymonda todavía está en ablande, luego de que le hicieran el motor con la operación de ligamentos. Va despacio.
Del otro lado, la mano no fue muy distinta: el 4-4-2 de Garnero bien podría traducirse en 8-2. Sí, todos a defender menos Leguizamón y Matos, que estuvieron demasiado lejos, aislados. Pellerano tuvo una pequeñísima gota para armar algo decente, pero le faltó un socio, porque Marcone estuvo más para correr y ensuciar que para mostrarse. Qué pobre...
De todas maneras, y pese a esos raros penales de Ruiz (sí, en el segundo tiempo dio otro conflictivo que Lucchetti volvió a meter), Banfield mereció irse con un poco más. Sobre todo porque cambió el espíritu: volvió a carecer de juego como ante San Lorenzo, pero esta vez al menos hubo cierta rebeldía para empujar, para ir a los tumbos, para tirarse al piso y dejar en claro que la crisis interna se había quedado dentro del vestuario. No es poco, pero deberá mejorar mucho, mucho...

*LAS IMAGENES

ARSENAL 0 CENTRAL 5

LA VIDA ES  COLOR DE ROSA
Revolución Mostaza: Central fue contundente, le salieron todas, goleó en Sarandí y salió de la Promoción, al menos hasta esta tarde. Y eso que al DT le tiraron flores.
La camisa de Mostaza, y la nueva vida de Central, es color de rosa. Si ya había generado un impacto el debut de Merlo (3-1 a San Lorenzo), esta goleada de visitante provocó un cambio de ánimo determinante en la mitad de Rosario que sufría y se hundía y en este momento festeja y se ilusiona con mantener la remontada. El haber quedado fuera de la zona de Promoción, al menos hasta esta tarde, funcionó como una confirmación del color más amigable que domina la actualidad de Central.
Que los próximos rivales de Mostaza tomen nota: las flores no parecen ser eficaces para darle mala suerte. Se las tiraron en el banco antes de comenzar un partido en el que a Central le salieron todas. Los jugadores, rápido, entendieron el sello que el técnico intenta imprimirle a sus equipos: bien agrupado en defensa, con las dos líneas de cuatro juntitas y rápida salida en ataque al recuperar, casi de contra, con tres o cuatro toques y a lastimar en el área contraria. Esta última parte salió impecable: la contundencia de Caraglio en el primer tiempo y la llegada al gol de dos volantes en el segundo (Méndez y Moreno y Fabianesi) confirmaron la goleada cuando faltaba media hora de partido... y sobre el final redondeó Vizcarra. En el aspecto defensivo, en cambio, mostró algunas falencias llamativas en un team de Mostaza: en especial por el sector derecho, porque Lima quedaba pagando y Braghieri salía a destiempo. Carreras ganó por ese costado pero Arsenal le faltó puntería para aprovecharlo, en parte por fallas en el momento de definir y por la buena actuación de Broun, clave en el primer tiempo. El equipo de Garnero, en cuanto al estilo, resultó la contracara de Central: trató de buscar los espacios, tocó con paciencia, fue demasiado tibio a la hora de lastimar. Adelante, dependió demasiado de Leguizamón.
Fiel a su forma de ser, Merlo no festejó los goles: aprovechó para dar indicaciones a la defensa. Y únicamente se mostró molesto al pedirles a los laterales que salieran con pases largos por las bandas. Un equipo de Mostaza no convertía cinco goles desde el 17 de noviembre de 2005: River 5 - San Lorenzo 1. "Se dio así, metimos los goles y después lo pudimos definir de contra", aseguró, medido como siempre. "Hay que trabajar mucho, recién llevo cinco o seis prácticas", esquivó al ser consultado por el furioso arranque de su ciclo, ocho goles en dos partidos. Aunque no pronuncie la frase célebre, el paso a paso mantiene su vigencia. Pero, para Central, la vida ya tiene otro color.




ARSENAL VS. CENTRAL

Arsenal recibirá a Rosario Central. Los locales, que vienen de perder la punta con River, buscarán volver a la cima en forma transitoria. Los rosarinos, necesitan sumar para mejorar el promedio.
Arsenal y Central comparten la necesidad de ganar hoy a las 21.15. El local necesita sumar los tres puntos para acompañar a Lanús en la punta. La visita busca escapar de la zona de promoción en la tabla de los promedios.
Arsenal intentará recuperarse de la derrota contra River por 3 a 1. Por las expulsiones de Aníbal Matellán y Sergio Sena, el entrenador Daniel Garnero dispuso los ingresos de Mariano Uglessich y Darío Espínola, respectivamente. En caso de ganar, el equipo de Sarandí llegará a la cima del torneo con 12 puntos.
En tanto, la llegada de Reinaldo Merlo y el triunfo por 3 a 1 ante San Lorenzo generaron una luz de esperanza en un Central necesitado de puntos para escapar del descenso. Si se lleva una victoria, superará a Racing y a Gimnasia La Plata para ubicarse, al menos por unas horas, fuera de la zona de riesgo. El director técnico repetirá el equipo y Ezequiel González irá al banco.

*LA PREVIA

RIVER 3 ARSENAL 1

SANGRE, SUDUR Y LÁGRIMAS
River lo dio vuelta con carácter y también con fútbol. Con ocho jugadores y medio, le metió garra y lo ganó con los golazos de Gallardo y las pinceladas de Fabbiani.
 
Como si esos 35 mil hubieran alzado las manos para atrapar alguno de los aviones que pasaban lamiéndoles las cabezas. El ulular jamás se acallaría. El corazón no dejaría de bombear a full hasta un largo rato después, cuando el Muñeco se lanzara a llorar de emoción y Gerlo de dolor. Dos símbolos. Una pintura de la personalidad, la actitud, la piel rasurada en cada instante que construyeron la media hora final. Corazón y el fútbol. Una simbiosis a la que se habían desacostumbrado...
Porque River siempre fue, buscó contínuamente, le propuso golpe a golpe a un equipo que lo aceptó con dignidad, aún conocedor de las equivalencias no lo favorecían. El equipo de Pipo quería. Augusto empezaba a recuperar memoria. El Ogro, al menos, hacía de pivot. Radamel, colombiano cabeza dura, buscaba de arriba y hasta hacía estallar el travesaño. Como tantas otras veces, River entusiasmaba. Como tantas otras, estaqueaba inquietud: una zaga impresentable, penal en contra, resultado adverso. El descanso entre etapa y etapa fue un reconocido cuadro de angustias recientes, un camino signado por la fatalidad. Cómo será la herida de esos 35 mil que ni el tozudo cafetero, que al fin la clavó junto a un palo, les pudo sacudir la alarma.
Magia. El ambiente se colmó de chispas cuando se acercó a la raya y Pipo le pasó la mano por el hombro. Ahí nació el clamor. Empezaron a olvidarse deque Ortega estaba en un palco, del pasado, de que Gerlo metía una pifia inconcebible, de que venían de comerse 5 y 2... Fue uno de esos momentos mágicos que tuercen la historia. Casi no se movió el reloj y el Tanque corrió como un maratonista e hizo rebotar a un rival como un hipopótamo: líder de masas, conductor de contras, empezó lo que prolongó Falcao para el Muñeco. Dibujo exquisito para homenajear su regreso al Monumental. Su primer toque, la primera pelota. Definición única.
Nada sería igual. Media hora que le absorbió el alma a Arsenal, se la aniquiló. Ese estadio se convirtió en un circo pagano. Ardiente y pasional. El carnaval tan anhelado. No es sino un partido, nada más. Es un festejo que nacía de la piel de Gallina. Y se alimentaba de fútbol. Nada menos.
Nacía en ese equipo remendado ante la urgencia. Esos 35 mil podrán contarles a sus nietos que Danilo jugó desgarrado, de 9, que lo ovacionaron. Que, por fin, el arquero de River ataja las que van al arco... Que en el plantel sigue habiendo un par de zonzos sin remedio. Pero que Falcao fue una fiera, sí, como volante tapón. Que el Ogro (más gordo que quien esto firma y no es pavada), sirvió una asistencia de novela. Que tienen a Gallardo, Muñeco feliz, un 10, un enganche, un jugador de fútbol, un crack que aun en su postrimería se banca ofrendarles otra definición de cuento.Por un rato el Monumental fue una cajita de fantasía. Hacía tanto que sus dueños no gozaban tanto en su propia casa...



ARSENAL 3 ESTUDIANTES 1

TAMATE UNA LEGUI
Arsenal gusta y está dulce. Con un Leguizamón inspirado, embriagó de fútbol a sus hinchas en el primer tiempo y, aunque terminó sufriendo, se subió a la punta.
La crisis internacional no permite derroches. Por estos días, son buscados aquellos que cumplen al pie de la letra las recomendaciones de austeridad y administración de recursos. El fútbol no escapa a las generales de la ley y es por eso que hay que agudizar el ingenio para arreglarse con unos pocos pesos y ser prácticos más que vistozos. En eso el Arse da cátedra, hace rato que se recibió de administrador futbolístico y ayer tuvo otra función de gala. Con Leguizamón como abanderado, lo bailó al Pincha en el primer tiempo, descorchó champagne por momentos y dejó en ridículo a un equipo sin identidad. El goleador jugó de todo y para todos. Le hizo hacer un gol a Mosquera, gritó el segundo con su especialidad, los tiros libres, y hasta se animó con un par de lujos para divertir a su gente. Pero ni a él, ni a su equipo, le sobró nada para gastar en la segunda parte y por eso la tuvieron que yugar. Se apichonó contra su arco y especuló sin intentar demasiado. Por suerte para ellos, el Pincha solito se complicó y le aflojó la soga que, con el ingreso de Calderón, amagaba con cortarle la respiración a los del Viaducto. Brindó Arsenal con una buena Legui en el primer tiempo y terminó festejando la punta con agua de la canilla...
Habrá que tener en cuenta al equipo de Garnero si juega como en los primeros 45 minutos. Porque a la voluntad ya conocida, les sumo fútbol en las subidas de Yacuzzi y presición para ponerse arriba en las primeras llegadas a fondo. Es el mismo equipo de siempre. En el medio Casteglione se pega a la línea de fondo y le permite a Pellerano tener más panorama para jugar. Con Pelle suelto, más la movilidad de Leguizamón, no sienten la ausencia del Papu Gómez. Atrás Mosquera no se permite lujos pero ahora es más desequilibrante en el área rival. Mientras Estudiantes perdió la memoria y ya no sólo extraña cuando no juega Verón, sino que su amnesia es de actitud. Ese León que peleaba hasta el final, ahora es apenas un lindo gatito.
Deberá Garnero tomar mucha nota de lo que le pasó en el segundo tiempo. Si fue por exceso de confianza no será tan preocupante, pero si se metió tan atrás por temor, si prefirió revolearla para no asumir el compromiso de golear al rival, si nunca acertó una contra por desconfianza, entonces este lugar de privilegio que ocupa finalizada la cuarta fecha, pronto lo tendrá desalojado. A Astrada sólo le queda las ganas de Caldera y la actitud de un par de jugadores para vender cara la derrota. Demasiado poco para un equipo que el año pasado jugó la final de la Sudamericana. Sigue brindando el Arse y está en la cima. Con champagne, agua, o Legui ¿A quién le importa?

GODOY CRUZ 1 ARSENAL 0

ES UN SACAPUNTA
Arsenal llegó líder a Mendoza, pero se encontró con un Tomba que sabe bien a lo que juega: le ganó bien, lo bajó y se prendió en la cima al menos por una fecha...
 Habrá que empezar a pensar, entonces, que es cosa seria. Que el triunfazo ante San Lorenzo en el Gasómetro no se trató de uno en un millón. Este Godoy Cruz de Diego Cocca hizo méritos para estar donde está. ¿Dónde? En la punta. Porque Godoy Cruz, desde anoche, es uno de los punteros del torneo.
A todas luces, el Tomba parece saber a lo que juega. O lo que quiere hacer. Se nota la intención: juego por abajo, siempre un hombre libre cerca de la pelota para tenerlo como descarga, para llegar al toque hasta tres cuartos de cancha y después apostar por dos delanteros con movilidad y buen pie. También gana, como ayer, con un Olmedo que corre, quita y entrega prolijo, manda, ordena y releva con criterio.
Es cierto, Arsenal ayudó bastante en los primeros 20 minutos. Desordenado, sin firmeza atrás, entregó la pelota y no supo cómo recuperarla. Godoy se aprovechó de eso: tuvo en Encina al volante más peligroso e intratable para el Arse, y a Figueroa on fire para desprenderse de las marcas y probar desde afuera a cada rato. De un tiro libre del ex Chacarita llegó el 1-0 de Caruso.
Lo bueno del equipo mendocino no duró toda la noche. Aun manteniendo la intención, la búsqueda, equivocó los caminos, se apresuró y comenzó a fallar en la entrega. Arsenal se compuso a partir de Carrera y de los centros de Yacuzzi. Por las bandas provocó, pero fue por el medio por donde mejor llegó (remate de Sena que dio en el palo y mala definición de Leguizamón frente al arco).
El descanso le dio aire al Tomba para volver al ruedo. Porque si bien Arsenal estaba obligado a ir por necesidad, Godoy Cruz siguió intentándolo por elección. La sociedad entre Encina y Figueroa le dio un ritmo infernal al juego local. ¿Por qué no ganó más comodamente? Por Campestrini, que sacó todo. ¿Por qué no empató Arsenal? Porque Ibáñez metió un manotazo salvador sobre la hora, ante un remate de Leguizamón. ¿Por qué Godoy Cruz quedó puntero? Porque demostró que lo suyo no es una casualidad. Que tiene una idea clara. Y, por ahora, le va bien: al menos ya mira otra tabla...


ARSENAL 2 TIGRE 0

EL APROVECHADOR
Arsenal no venía haciendo méritos para ganar pero tiene a Leguizamón, quien en dos jugadas resolvió el partido a su favor y dejó bajoneado a Tigre: 0 de 6 puntos.
Cuando a los siete minutos Lazzaro tuvo en sus pies el gol de Tigre y lo desperdició increíblemente, algo empezó a cambiar. Resultó todo un presagio de lo que sería el partido. Es imposible saber qué habría pasado si el equipo de Cagna encontraba la ventaja en ese momento, pero sí es posible imaginar que muchas cosas se le hubiesen simplificado. Por lo pronto, cuando Pellerano metió ese muy buen pase profundo a Leguizamón, quien definió por encima de Islas con una sutileza, ese gol, en vez del 1-0, bien pudo haber sido el 1-1. Y en vez de desplomarse como lo hizo con una derrota parcial que sintió no merecer, quizá se hubiese mantenido un poco más entero y en pie. Pero Tigre, que hacía mejor las cosas y arrimaba mejor, se desfiguró con la desventaja y dejó que Arsenal -apenas había tenido como chance un imperfecto cabezazo de Matos, quien no conectó bien la pelota- se adueñara de todo.
Y, encima, además de la contundencia mostrada, el cuadro de Garnero fue sumamente oportunista, porque si ya Tigre estaba golpeado con el 0-1, cualquier intento de repunte en el entretiempo, de reencuentro con el ánimo perdido, se hizo humo con el golazo de tiro libre que metió Luciano Leguizamón. Ahí el equipo de Victoria es como que tiró la toalla, guardó los libros de la pulcritud y se fue para adelante tanteando, sin ver demasiado bien. Lógico, con ese (poco) criterio, era muy difícil esperar una reacción acorde a las necesidades del partido. Y Arsenal, que finalmente ganó bien, pudo haber destacado algún que otro gol más.
Pero, en cierto modo, fue en su cuota justa. Porque este equipo tiene pinta de lo que fue, justamente, en este partido. Viveza para aprovechar cualquier defecto del otro, oportunismo, sin que le sobre nada, sin sobrar a nadie, pero con una funcionalidad interesante. Con buenos movimientos desde el medio y, al menos en estas dos fechas, encontrando las figuras en los dos extremos: Campestrini por un lado (gran nivel al igual que la semana pasada) y Leguizamón del otro, quien ayer sumó su tercer gol en el torneo, de los cuatro goles que tiene su equipo.
Tigre todavía no logra la sintonía ideal para parecerse al del año pasado. Llega, avanza, parece que va a reventar a pelotazos al rival, pero la pelota no entra como quizá si pasaba en otros momentos (con el agregado de infortunio, en este caso, de que la pelota sí se mete en el arco propio). Y este Arsenal modelo 09 se muestra como el opuesto: cuando tiene una chance, no parece dispuesto a perdonar.


ARGENTINOS 0 ARSENAL 2

AGUA VIVAS
Técnico que debuta no siempre gana: el Bicho no pudo con el Arse. Igual, al menos mereció empatar.
No puede (y no debe) ser una historia triste este comienzo para Argentinos. Habría que tomárselo con esta filosofía. Que no hay nada más decepcionante que arrancar un torneo así, nadie lo discute, aunque siempre es saludable remover el agua y ver qué hay debajo de lo turbio. El 0-2 no fue un resultado mentiroso. Fue una farsa. De todas maneras, en el fútbol pasa como en la vida: gana el que hace goles, no el que tiene buenas intenciones... Y el que se llevó todo, en este caso, fue el más mezquino.
"Yo no soy Bielsa, soy Vivas", fue la primera frase que entregó el nuevo DT para que lo separaran quirúrgicamente de su mentor deportivo. Y no mintió. Si ayer hubiese copiado el manual de su maestro, podría haber encontrado la suerte que le fue esquiva: Argentinos nunca supo explotar los laterales, el famoso "abrir la cancha", esa idea antiquísima que muchos quieren jubilar aunque aún no haya surgido una fórmula más eficiente para romper a esos equipos que juegan a no perder o a cuidar lo conseguido. Porque Arsenal, por una falta tonta de Caruzzo a Leguizamón, se encontró con un penal cuando apenas iban dos minutos. Desde ahí, el local tuvo la posesión de la pelota casi en un 99% del partido. Esta cifra positivista también puede ser negativa: ¿qué hizo con el balón durante tanto tiempo? Ese dominio primero gustó, a la media hora generó incertidumbre y sobre el final hartó un poco. Toques para atrás, para el costado, para atrás, casi una réplica de esos equipos colombianos que de tanto mover la pelota se olvidan de que el arco está enfrente. El Bicho se conformó con esa potestad y, encima, fue demasiado pulcro, ordenadito, como esos pibes que van al colegio siempre bien peinados y con el delantal blanco inmaculado. ¿Y la rebeldía natural? Le faltó uno (o varios) que decidiera ir al frente, un descontrolado que contagiara al resto para romper a ese Arsenal que, con Sava expulsado, fue un equipo de handball: todos al borde del área.
Esta historia no debe ser triste: Argentinos, al menos, debió empatar. Porque esa muralla de enfrente tuvo fisuras, pero todo el que logró filtrarse se topó con Campestrini, quien en un futuro será arquero de equipo grande. Si no fuera por él, el final hubiese sido otro. La belleza del gol de contra de Yacuzzi justifica un poco el final. Apenas...